![]() En esta segunda ascensión al Ruco he decidido repetir la escalada por la arista de roca con su famoso paso de la muerte. Esta vez en solitario y sin cuerda. Sé que me la estoy jugando, pero algo dentro de mi me insta a hacerlo. La montaña me reconoce y me ama. Justo al llegar al paso de la muerte una niebla cerrada oscurece al ambiente y empieza a granizar pequeños garbanzos de hielo que rebotan en mi chaqueta de membrana. Empiezo a des-trepar, muy lentamente sobre la roca mojada, estudiando cada paso. Un mínimo error y me precipito al vacío. Lentamente cabalgo unos metros sobre la afilada arista y por fin llego al paso decisivo. Respiro hondo tres veces mientras siento cada vez con más fuerza como las gotas de agua heladas impactan sobre mi cuerpo. Como marcándome un ritmo de aliento, de seguridad, de acompañamiento. Dos pasos de decisión y ¡listo!. Soplo y resoplo, no se si de la emoción de la adrenalina y de felicidad o por la falta de oxígeno en altura. Prosigo, el aguacero de granizo me acompaña hasta la cima transformando totalmente el paisaje que poco a poco se convierte de color blanco.
0 Comentarios
Tu comentario se publicará después de su aprobación.
Deja una respuesta. |
AuthorFray (Carles Treviño). Archives
Junio 2024
Categories
Todo
|
Proudly powered by Weebly